Sean Bailey, empleado de un restaurante de McDonald’s en Nueva Zelanda, realizó una denuncia pública por
discriminación durante las manifestaciones en contra de dicha empresa en aquel
país, donde manifestó que el gerente de la sucursal donde trabaja le exigió cambiar
su forma de hablar por parecerle “demasiado gay”.
En
otra ocasión, comentó el chico, amenazó con castigarlo si llegase a “volver
homosexual” a alguno de sus compañeros. Por su parte, el publicista de McDonald’s en Nueva Zelanda
informo que existe una política dentro de la empresa para la protección y apoyo
de la comunidad LGBT dentro de su nómina y que se tomaran cartas en el asunto,
aunque no se informara al respecto de lo que sucederá con el ignorante señor.
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